Una red para rescatar la agrodiversidad de las semillas
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Una red para rescatar la agrodiversidad de las semillas
A través de la colaboración buscan rescatar la extensa agrodiversidad de las semillas, hoy muchas olvidadas, y compartir el conocimiento de métodos de cultivo y usos culinarios que está alrededor de ellas.
Por Susana del Real Ponce.
Ante el riesgo de la pérdida de especies de semillas nativas surgió la Red Guardianes de Semillas de Jalisco, una iniciativa de 30 agricultoras y agricultores del centro y sur del estado. A través de la colaboración buscan rescatar la extensa agrodiversidad de las semillas, hoy muchas olvidadas, y compartir el conocimiento de métodos de cultivo y usos culinarios que está alrededor de ellas.
La Red está compuesta en su mayoría por mujeres y fue formada en mayo de 2017. Es un esfuerzo regional vinculado a la Red Guardianes de Semillas de México, que tuvo su primer encuentro en marzo de 2017 en San Miguel de Allende.
"Las semillas son un bien común que tenemos que proteger, son patrimonio biocultural", dice Ana Martha Becerra, quien es egresada de Ingeniería Ambiental del ITESO y que, como agricultora en Poncitlán, forma parte de la Red. En su trabajado con campesinos de la Rivera de Chapala ha constatado que la semilla es esencial no sólo en la alimentación, sino también en la identidad y en la organización colectiva de las comunidades."Comer mejor y diverso tiene que ver con el bienestar de nosotros, de la comunidad y del medio ambiente", concuerda Nereida Sánchez, agricultora que encabeza la Red.
La razón por la que cada vez hay menos semillas en los mercados tiene que ver con la tecnificación del campo, dice Nereida. "Existe una maquinaria especial sólo para una variedad de semilla, por ejemplo de maíz o de frijol. Así obligan al campo a producir un sólo tipo de semilla. Es más rentable para la compañía y el productor, pero al consumidor lo dejan sin opciones para elegir", afirma la agricultora de la Granja Los Eucaliptos, en El Salto.
Debido a la pérdida de agrodiversidad, los consumidores hemos perdido dieta a tal grado que ya no lo notamos, dice Jaime Morales, académico del Centro Interdisciplinario para la Formación y Vinculación Social del ITESO (Cifovis) y asesor técnico de la Red. "Si tú comes puras sopas instantáneas de qué te sirve que haya diez variedades de chile, veinte de jitomate y diez de maíz, por ejemplo", añade el también agricultor en Tuxcueca.
Para enfrentarse a esto la Red creará una Biblioteca de Semillas, que tendrá su contraparte virtual en un sitio web. "No se trata de que las semillas estén en un museo, guardadas, sino de asociarlas a un uso: para hacer ropa, para comer, para animales, para nutrir el suelo, para una barrera física, como recurso maderable entre otros", dice Nereida. La Biblioteca se construirá con el esfuerzo de cada miembro de la Red. "Yo no puedo guardar toda la variedad de frijoles y de maíces. Se perdería de todos modos. Tiene que ser un trabajo entre todos. Cada agricultor va a aportar una semilla diferente. Así ya tendremos 30 variedades de cada cultivo, por ejemplo de frijol", explica.
Otro riesgo al que se enfrentan los agricultores ecológicos es la contaminación de las semillas nativas por la polinización de los cultivos transgénicos, lo que causa que las nativas no se reproduzcan, afirma Jaime Morales. En general el entorno económico, comercial y cultural actual es adverso a la agricultura ecológica, al policultivo, a la siembra orgánica y al uso de semillas nativas, agrega.
"Hay obstáculos en la legislación y mucha incertidumbre sobre los transgénicos y otras amenazas a las semillas. Son temas que hay que poner a discusión y que hay que investigar técnicamente. Para eso es necesario organizarnos", dice Ana Martha. Cuenta que se comenzó a involucrar en la agricultura ecológica cuando fue voluntaria en el programa de Ecología Política del Cifovis. En total son cinco los agricultores egresados de Ingeniería Ambiental del ITESO que pertenecen a la Red.
Nereida admite que cuesta más trabajo hacer agricultura ecológica, pero recuerda una frase de un miembro de la Red: "cuando menos quiero que mis hijos y mis nietos sepan que existe esta diversidad de frijoles y de jitomates". Porque a este ritmo, dice Nereida, las nuevas generaciones no solamente no las van a saborear, sino que ni siquiera van a saber que existían.