"Soy yo el principal agente para encontrar el sentido"

Judith Morán

Ochenta por ciento  de los jóvenes tienen una creencia religiosa y sólo 55 por ciento realiza alguna práctica espiritual, 53 por ciento creen que existe una fuerza del bien frente a un 81 por ciento que creen en la existencia de demonios, son algunos de los resultados de un sondeo entre 300 personas que levantaron los alumnos de Juan Carlos Henríquez, SJ, de la clase "Sistemas de creencia" en sus círculos sociales.

Dichos resultados fueron el detonador de la charla entre los jesuitas Juan Carlos Henríquez y Jorge Dávalos Sánchez, y los asistentes al tercer diálogo del ciclo Pensamiento Jesuita sobre la Actualidad, el pasado 16 de abril en la terraza de la Biblioteca Dr. Jorge Villalobos Padilla, SJ del ITESO.

Desde el público, el académico Jorge Narro calificó como una paradoja que los jóvenes que contestaron el cuestionario dijera creer en "el chamuco" y en los milagros (92 por ciento de los encuestados); a lo que Henríquez comentó, citando al sociólogo Peter L. Berger, que cuando se vive en épocas en las que el orden del funcionamiento social se altera, surgen mecanismos para evitar resquebrajamientos del sentido, momento que Berger denomina la reparación de la teodicea.

"En una época donde se deslava la clave de justicia, surgen otras explicaciones de la teodicea de otras mitologías y de otras narraciones en donde en una de esas sale ‘el chamuco' para explicar por qué existe el mal". Abundó que se trata de una generación que no cuenta con una teodicea en clave de justicia.

A lo que Narro respondió que en los jóvenes se separaron los conceptos de religión y de la espiritualidad, y la académica Sofía Paláu, moderadora de la charla, agregó que pareciera que la religión no genera una experiencia espiritual.

En su intervención, Jorge Dávalos, SJ, dijo que se piensa que el punto central de lo religioso está sólo en las creencias y se pasa por alto la forma en que la gente vive su propia realidad, "en las acciones estamos religados con las personas".

Y abundó que en sus acciones las personas deben definirse para encontrar su fundamento y con ello tendrá que buscar el sentido de su vida. "San Ignacio de Loyola lo que buscaba era cómo plantear su fundamento, para eso tuvo que desplazarse interiormente buscando su fundamento, pero también sociológicamente tuvo que desplazarse", durante los años que se hizo peregrino, recordó Dávalos.

Henríquez señaló que las instituciones como la educación, la Iglesia, el estado, y los roles sociales le decían al individuo quién era y que debía hacer, pero su autoridad se derrumbó y hoy no son fuentes autorizadas a decirle a las personas qué hacer con su vida.

"El sujeto queda obligado a construirse a sí mismo. Tiene que salir y convertirse en sujeto protagonista de esa construcción, noten como estos elementos tienen conexiones con la espiritualidad ignaciana tremendas. Soy yo el principal agente para encontrar el sentido", enfatizó. En este sentido, Henríquez señaló que se está ante una gran oportunidad y consonancia con lo ignaciano.

Los modelos económicos y la desigualdad social en México serán los temas sobre los cuales  los jesuitas Juan Ricardo Herrera y Humberto García Bedoy conversarán en el siguiente diálogo del ciclo  Pensamiento Jesuita, el 21 de mayo a las 18:00 horas.